domingo, 13 de diciembre de 2009
mujer pompa
Mujer pompa, mujer traslúcida.
Pasa uno, pasan dos, pasan tres.
El otro la atraviesa,
la ocupa
no sabe qué es suyo
qué del otro.
Masa difusa, cuerpo sin límites,
todo es posible y nada es posible.
Como una gota de mercurio se mueve
se mueve hacia un lado, hacia otro,
se divide en cien mil pedazos,
se vuelve a unir
pero algunas veces
se olvida de recoger algún pedazo.
En cada pérdida se instala un silencio preocupante.
Y se pregunta monótonamente:
-¿esta vez qué perdí?-
Un pedazo quedó afuera.
Ella una -ella muchas.
Ella mercurio,
ella espesa,
ella,
escurridiza.
Pasa uno, pasan dos, pasan tres.
El otro la atraviesa,
la ocupa
no sabe qué es suyo
qué del otro.
Masa difusa, cuerpo sin límites,
todo es posible y nada es posible.
Como una gota de mercurio se mueve
se mueve hacia un lado, hacia otro,
se divide en cien mil pedazos,
se vuelve a unir
pero algunas veces
se olvida de recoger algún pedazo.
En cada pérdida se instala un silencio preocupante.
Y se pregunta monótonamente:
-¿esta vez qué perdí?-
Un pedazo quedó afuera.
Ella una -ella muchas.
Ella mercurio,
ella espesa,
ella,
escurridiza.
sábado, 12 de diciembre de 2009
una mujer
Estación de subte
Una mujer sentada,
sobre sus piernas un paquete de papel madera.
Sostiene con fuerza el paquete
lo sostiene y aprieta con sus dos manos.
Ella escucha una voz a su lado
asiente con la cabeza:
- Es así, tiene razón -
Escucha otra voz al otro lado
asiente nuevamente:
- Tiene razón -
Todo aquel que emite una opinión
es verdadera
No sabe si marchar o quedarse.
Está sentada hace horas mirando pasar los trenes.
En cada tren que arriba ella quiere subir
En cada tren que arriba ella quiere viajar.
Y en cada tren que parte
ella se hunde más
y más
A ella la trajo la lluvia.
El paquete no debía mojarse
Alguien le habla, alguien le cuenta algo
ella escucha con atención.
Desea que el otro siga hablando,
que no pare nunca de hablarle.
Cuando se queda a solas
no recuerda nada
ni siquiera su nombre
Ella inventó una lengua, su propia lengua.
que nadie comprende.
Ella,
entiende a todos.
El paquete tiene las marcas de sus huellas.
Una mujer sentada,
sobre sus piernas un paquete de papel madera.
Sostiene con fuerza el paquete
lo sostiene y aprieta con sus dos manos.
Ella escucha una voz a su lado
asiente con la cabeza:
- Es así, tiene razón -
Escucha otra voz al otro lado
asiente nuevamente:
- Tiene razón -
Todo aquel que emite una opinión
es verdadera
No sabe si marchar o quedarse.
Está sentada hace horas mirando pasar los trenes.
En cada tren que arriba ella quiere subir
En cada tren que arriba ella quiere viajar.
Y en cada tren que parte
ella se hunde más
y más
A ella la trajo la lluvia.
El paquete no debía mojarse
Alguien le habla, alguien le cuenta algo
ella escucha con atención.
Desea que el otro siga hablando,
que no pare nunca de hablarle.
Cuando se queda a solas
no recuerda nada
ni siquiera su nombre
Ella inventó una lengua, su propia lengua.
que nadie comprende.
Ella,
entiende a todos.
El paquete tiene las marcas de sus huellas.
lunes, 7 de diciembre de 2009
sábado, 5 de diciembre de 2009
Algunas reflexiones acerca de nuestra práctica en consonancia con el arte
Analizarse
Ser analista
Practicar el psicoanálisis….
El psicoanálisis se ha servido del arte y deberá seguir haciéndolo. Lacan dice que lo que el alfarero crea con su vasija es el vacío que ella contiene en su centro. Creando un vacío el sujeto encuentra un modo de acceder a la Cosa de goce. El vacío irrepresentable es por excelencia un equivalente de la Cosa. La sublimación pretende engendrar la misma Cosa que la pulsión busca reencontrar.
El objeto sublimado no sirve al fin de colmar la falta, sino de realizarla y es ofrecido al consumo de un goce que no hace falta.
En el seminario XI Lacan alude al resorte lógico en los siguientes términos: “si un pájaro pintase ¿no lo haría dejando caer sus plumas, una serpiente sus escamas, un árbol desorugándose y haciendo llover sus hojas?
Un pintor desprende un pedazo de su ser con cada pincelada pero el cuadro, como toda obra, está hecho para captar al Otro.
En tanto que ese vacío se encarna como castración - a propósito de la creación- en la que la castración es una "encarnación del sujeto"- el objeto del neurótico está creado a partir de este vacío para contenerlo, para darle un lugar.
Podemos pensar a las obras de arte como puros sistemas significantes. Hablar, escribir o producir una obra de arte no es sino el comentario de una ausencia.
Lo central en el arte es sin duda una ausencia, pero una ausencia que vale en tanto el goce está perdido y la creación es lo que viene siempre a envolver ese vacío. La tesis de Lacan es que el arte siempre se construye en torno a ese vacío de goce.
El artista está ubicado en la unión del goce con el significante. Hay arte cuando nos vemos conducidos a la sustitución primaria e impensable del goce por el significante.
En relación a la sublimación Freud la nombra como un destino de la pulsión, tal vez aquel que mejor demuestra el carácter paradójico y desarreglado de su satisfacción.
Y respecto del inconciente nos encontramos con la repetición. La repetición indicando un rasgo, rasgo idéntico, un palote, un elemento de escritura, un rasgo en tanto conmemora una irrupción del goce, de un exceso, un más, sin significación.
Este hallazgo que sorprende.
Este hallazgo que en cuanto se presenta es re-hallazgo y está siempre dispuesto a escabullirse de nuevo, instaurando así la dimensión de la pérdida y del reencuentro una y otra vez en cada marca.
Y esta marca es el uno que la experiencia del inconciente introduce es el uno de la ranura, del rasgo, de la ruptura, de la aparición de la singularidad de cada artista.
Entonces podemos decir que la verdad de un sujeto está en la forma en que goza.
Analizarse
Ser analista
Practicar el psicoanálisis….
El psicoanálisis se ha servido del arte y deberá seguir haciéndolo. Lacan dice que lo que el alfarero crea con su vasija es el vacío que ella contiene en su centro. Creando un vacío el sujeto encuentra un modo de acceder a la Cosa de goce. El vacío irrepresentable es por excelencia un equivalente de la Cosa. La sublimación pretende engendrar la misma Cosa que la pulsión busca reencontrar.
El objeto sublimado no sirve al fin de colmar la falta, sino de realizarla y es ofrecido al consumo de un goce que no hace falta.
En el seminario XI Lacan alude al resorte lógico en los siguientes términos: “si un pájaro pintase ¿no lo haría dejando caer sus plumas, una serpiente sus escamas, un árbol desorugándose y haciendo llover sus hojas?
Un pintor desprende un pedazo de su ser con cada pincelada pero el cuadro, como toda obra, está hecho para captar al Otro.
En tanto que ese vacío se encarna como castración - a propósito de la creación- en la que la castración es una "encarnación del sujeto"- el objeto del neurótico está creado a partir de este vacío para contenerlo, para darle un lugar.
Podemos pensar a las obras de arte como puros sistemas significantes. Hablar, escribir o producir una obra de arte no es sino el comentario de una ausencia.
Lo central en el arte es sin duda una ausencia, pero una ausencia que vale en tanto el goce está perdido y la creación es lo que viene siempre a envolver ese vacío. La tesis de Lacan es que el arte siempre se construye en torno a ese vacío de goce.
El artista está ubicado en la unión del goce con el significante. Hay arte cuando nos vemos conducidos a la sustitución primaria e impensable del goce por el significante.
En relación a la sublimación Freud la nombra como un destino de la pulsión, tal vez aquel que mejor demuestra el carácter paradójico y desarreglado de su satisfacción.
Y respecto del inconciente nos encontramos con la repetición. La repetición indicando un rasgo, rasgo idéntico, un palote, un elemento de escritura, un rasgo en tanto conmemora una irrupción del goce, de un exceso, un más, sin significación.
Este hallazgo que sorprende.
Este hallazgo que en cuanto se presenta es re-hallazgo y está siempre dispuesto a escabullirse de nuevo, instaurando así la dimensión de la pérdida y del reencuentro una y otra vez en cada marca.
Y esta marca es el uno que la experiencia del inconciente introduce es el uno de la ranura, del rasgo, de la ruptura, de la aparición de la singularidad de cada artista.
Entonces podemos decir que la verdad de un sujeto está en la forma en que goza.
¿Quién no sabe por experiencia que se puede no querer gozar?¿quién no sabe que se puede no querer pensar?
El goce, tonel de las Danaides, una vez que se entra no se sabe hasta dónde va. Se empieza con las cosquillas y se acaba en la parrilla. Esto también es goce.
Uno sabe como hacer, incluso es eso el saber.
¿Por qué la necesidad de psicoanalizarse dedicándonos a la práctica del psicoanálisis?
¿Por qué la necesidad de pasar por la experiencia?
Una primera respuesta es porque es la única vía que tenemos de asomarnos al inconciente.
Conectarnos con la falta, con estar agujereados. La falta es de estructura, no hay posibilidad de completud, siempre algo va a faltar.
Nos pregunta Lacan:
¿ Qué es el deseo? Y responde: la presentificación de la falta.
¿Qué es lo que falta? La felicidad que nadie sabe qué es.
Somos practicantes de psicoanálisis.
En Italia se dice fare l’attrice en vez de decir soy actriz, hacer la actriz implica dedicarse a eso. Trabajo de actriz diferente de nombrarse “soy actriz”.
Para encarar este oficio, esta profesión fundamentalmente hay que tener ganas de hacerlo. Y esto implica estudiar, formarse, formar a otros, analizarse, supervisar y estar a cargo del tratamiento de algunos.
¿Cómo mantener la llama viva de este oficio tan raro?
Alguien entra y después de un tiempo considerable se acuesta (en el mejor de los casos) si estamos en el campo de la neurosis y habla, balbucea, dice algo. Esta es la invitación del analista con su silencio o su pregunta a que un otro comience a hablar sin preocuparse por el sentido, es decir que suelte sus amarras con el Otro del saber, así el hilo del discurso queda comandado por la lógica del inconciente.
Esta fue la invención de Freud, una paciente le preguntó doctor qué me pasa?
Hable: dijo él.
Su invención fue dar estatuto formal al dispositivo y al síntoma haciendo lugar a lo singular de cada sujeto. Su invención no fue otra cosa que la puesta en acto de la realidad del Inconsciente.
Saber es cosa que se dice, es cosa dicha. El saber habla solo, esto es el inconciente.
Freud pone el acento en que cualquiera puede saber.
Entonces cómo acceder al saber no sabido, a esta dimensión del inconciente sino es vía transferencia en análisis.
Practicar el psicoanálisis, “no creérselo” como una forma de no acomodarse en ese lugar sino que ponerlo a trabajar a cada instante. Nombrarse psicoanalista estaría más del lado de la infatuación, de una pretensión.¿Cómo realizar esta práctica sino es pasando por la propia experiencia? ¿Cómo contarle a otro paisajes, olores, sabores de ese viaje si uno no ha pasado por ahí?
Bibliografía:
Lacan, J: El Seminario – Libro 7 “ La ética del psicoanálisis”
Lacan, J: El Seminario – Libro 11 “Los cuatros conceptos fundamentales del psicoanálisis”
Lacan, J: El Seminario - Libro17 “El reverso del psicoanálisis” Cap.V: El campo lacaniano Rabinovich, N: Lágrimas de lo real
Miller, J.Alain: Los signos del goce
El goce, tonel de las Danaides, una vez que se entra no se sabe hasta dónde va. Se empieza con las cosquillas y se acaba en la parrilla. Esto también es goce.
Uno sabe como hacer, incluso es eso el saber.
¿Por qué la necesidad de psicoanalizarse dedicándonos a la práctica del psicoanálisis?
¿Por qué la necesidad de pasar por la experiencia?
Una primera respuesta es porque es la única vía que tenemos de asomarnos al inconciente.
Conectarnos con la falta, con estar agujereados. La falta es de estructura, no hay posibilidad de completud, siempre algo va a faltar.
Nos pregunta Lacan:
¿ Qué es el deseo? Y responde: la presentificación de la falta.
¿Qué es lo que falta? La felicidad que nadie sabe qué es.
Somos practicantes de psicoanálisis.
En Italia se dice fare l’attrice en vez de decir soy actriz, hacer la actriz implica dedicarse a eso. Trabajo de actriz diferente de nombrarse “soy actriz”.
Para encarar este oficio, esta profesión fundamentalmente hay que tener ganas de hacerlo. Y esto implica estudiar, formarse, formar a otros, analizarse, supervisar y estar a cargo del tratamiento de algunos.
¿Cómo mantener la llama viva de este oficio tan raro?
Alguien entra y después de un tiempo considerable se acuesta (en el mejor de los casos) si estamos en el campo de la neurosis y habla, balbucea, dice algo. Esta es la invitación del analista con su silencio o su pregunta a que un otro comience a hablar sin preocuparse por el sentido, es decir que suelte sus amarras con el Otro del saber, así el hilo del discurso queda comandado por la lógica del inconciente.
Esta fue la invención de Freud, una paciente le preguntó doctor qué me pasa?
Hable: dijo él.
Su invención fue dar estatuto formal al dispositivo y al síntoma haciendo lugar a lo singular de cada sujeto. Su invención no fue otra cosa que la puesta en acto de la realidad del Inconsciente.
Saber es cosa que se dice, es cosa dicha. El saber habla solo, esto es el inconciente.
Freud pone el acento en que cualquiera puede saber.
Entonces cómo acceder al saber no sabido, a esta dimensión del inconciente sino es vía transferencia en análisis.
Practicar el psicoanálisis, “no creérselo” como una forma de no acomodarse en ese lugar sino que ponerlo a trabajar a cada instante. Nombrarse psicoanalista estaría más del lado de la infatuación, de una pretensión.¿Cómo realizar esta práctica sino es pasando por la propia experiencia? ¿Cómo contarle a otro paisajes, olores, sabores de ese viaje si uno no ha pasado por ahí?
Bibliografía:
Lacan, J: El Seminario – Libro 7 “ La ética del psicoanálisis”
Lacan, J: El Seminario – Libro 11 “Los cuatros conceptos fundamentales del psicoanálisis”
Lacan, J: El Seminario - Libro17 “El reverso del psicoanálisis” Cap.V: El campo lacaniano Rabinovich, N: Lágrimas de lo real
Miller, J.Alain: Los signos del goce
viernes, 4 de diciembre de 2009
jueves, 3 de diciembre de 2009
miércoles, 2 de diciembre de 2009
martes, 1 de diciembre de 2009
domingo, 29 de noviembre de 2009
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